Somos los clientes quienes decidimos el devenir del universo de la tecnología. No obstante si nos mantenemos observantes, si callamos ante los malos productos o si solamente compramos aquellos más bonitos, relucientes y con mejor marketing detrás.. entonces es normal que las empresas puedan reconducir las preferencias por donde ellos quieren.
Uno de los problemas que estamos mirando más de cerca es el denominado como “obsolescencia programada”. Lo hemos visto en bombillas, teléfonos e inclusive actualmente en televisores. Son objetos que tras un tiempo de tiempo se vuelven obsoletos e inservibles, consiguiendo que las nuevas gamas sean más interesantes y incrementando el consumo.
Vivimos una época en la que se promueven frenéticamente (nosotros los primeros) periodos de compras como el Black Friday. Se desarrolla la necesidad de tener continuamente lo último, un pensamiento impuesto por las enormes empresas para ocultar la decreciente vida media de sus productos.
Esta obsolescencia programada afecta al conjunto de la sociedad. Se producen más residuos, aumentan las emisiones y endeuda a las familias. Una perdida de eficiencia fomentada por unas élites y que acabará pasándonos factura. El nombre de obsolescencia programada quizás no es el mejor elegido, podríamos llamarla “obsolescencia debido a la maximización de beneficios y reducción de la calidad de aquellos elementos que no bridan ventaja competitiva al cabo de X años”.
Existen soluciones, no obstante hay que buscarlas y promoverlas
Para luchar contra este problema existen gente de iniciativas. Desde proyectos dedicados a la reutilización de tecnología, pasando por webs como iFixit que nos ayudan a hacerlo en casa. Reparar los productos es posible, deberíamos hacerlo más y beneficiar aquellos productos que lo facilitan.
Puede parecer algo utópico, no obstante contamos de algo tan sencillo de apostar por un LG® G4 antes que por un S6 o por un bq Aquaris A4.5 antes que por un Meizu M2 Mini. A igualdad de condiciones, su reparabilidad, sostenibilidad o garantía es un plus decisivo.
Debemos empezar a recuperar la soberanía tecnológica. Los partidos políticos pueden incluir medidas en sus programas para luchar contra esta obsolescencia, no obstante como en todas las luchas, la semilla está en la calle. E internet no deja de ser otra parte más de ella.
Algunas de las iniciativas que hemos visto pasan desde inventar centros de reparación o una app celular en la que podemos escanear un código de barras y entender su huella de carbono, lugar de producción o costo de reparación. Ideas que van en la buena dirección y ayudan a presionar a las enormes empresas para que tengan en cuenta estos factores de sostenibilidad.
Sellos de garantía sostenible, otra medida para concienciar al usuario
Para apoyar a los consumidores a diferenciar y hallar los productos sostenibles se han inventado sellos de garantía. Es el caso del ISOPP de la fundación Feniss que sabemos gracias a ElDiario.es. Servirá para destacar productos que sean reparables por un costo menor al de comprar uno nuevo, productos cuya garantía sea mayor que la de los dos años obligatorios y que beneficiar una cultura de igualdad. Como si fuera una lista de especificaciones, aquí os dejamos las funciones de este sello. Nos encantaría mirar como los productores ofrecen también de manera detallada y asequible algunos de estos factores:
- Priorizar la compra de productos y la contratación de servicios que sean respetuosos con el medio ambiente, fabricados sin obsolescencia programada, y si es elaborador de algún producto, fabricarlo sin obsolescencia programada. Usando preferiblemente producto local y “Comercio Justo”.
- Contribuir a la mejora energética y a la disminución de emisiones, con el objeto de disminuir las huellas de carbono y ecológica corporativa. Realizar la acertada gestión de residuos.
- Promover la cultura del consumo social y ambientalmente responsable.
- Evitar crear uso de una propaganda engañosa o ambiental y socialmente irresponsable.
- Promover la igualdad e incorporación social. Facilitar la conciliación laboral, familiar y personal.
- Promover y emitir los compromisos adoptados hacia un modelo de gestión más sostenible y responsable. Incluir en sus contratos con terceros clausulas que impidan la corrupción.
Son propositos ambiciosos. Difíciles de cumplir en las enormes empresas, precisamente quienes más necesitamos que lo logren. Esta obligación social no debe ser solo un lavado de imagen. Iniciativa como la del sello ISOPP tienen muchos desafíos, en parte porque para crecer se basa en patrocinadores. Unos que pueden terminar imponiendo ciertos criterios en contra de la propia iniciativa. ¿Pueden las nuevas empresas tener en cuenta la sostenibilidad de su producto o bastante tienen con convencer a los usuarios?
Si os interesa este problema os aconsejamos el reportaje Comprar, tirar, comprar que adjuntamos a continuación.
En El Androide Disponible intentaremos detenernos cada cierto tiempo y continuar dando visibilidad a aquellos proyectos que ayudan a aumentar la vida media de la tecnología. A aquellas apps que apuestan decididamente por el programa informático libre. Pedimos disculpas por no ser bastantemente coherentes en esta defensa, no obstante cualquier granito de arena debería ser bien recibido.
¿Qué proyectos tecnológicos conocéis? ¿Realmente los productores Android® y tecnológicos dedican recursos en este aspecto? Seguiremos buscando.
Via ElDiario
Más info(datos). Fennis
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